Presentándonos
El placer y la inquietud de escribir descubiertos quizás un poco tarde, gracias al estímulo de talleres de escritura creativa, una incierta constancia frente a la hoja de papel o la pantalla de la computadora, más un guiño oportuno de la inspiración en los momentos críticos, me permitieron lograr estos modestos escritos que ahora, con pretensiosa vanidad, buscan lectores complacientes. ¡No se dejen engañar! Valorenlos sin indulgencia, pero sin animosidad...