Sueño con camioncito
Abro los ojos, y
la ventana entreabierta me muestra
el camioncito de chapa alejándose veloz,
hacia el cordón, allá lejos.
Me acompaña desde hace
muchísimo, pero hoy se está yendo. Es
verde, y es rojo, y es de chapa, y siempre carga mi mano sobre su caja, y me
lleva a pasear por la vereda.
Ahora veo que escapa hacia
la calle. La tapa de la caja es verde
con cuatro letras pintadas en blanco; la primera es la F, la de mi nombre, las
otras no sè. Al alejarse hacia la vereda de enfrente el camioncito se hace más
chico, más chico y allá cerca del cordón
pega un tumbo, chirrea, parece que va a volcar pero no, se endereza y sigue,
sigue, sigue, pasa entre las patas del caballo del lechero, hace frenar la
bicicleta de Don Rogelio, sigue, sigue, se moja en el charquito largo y finito
del cordón de la vereda de enfrente y para.
Pero no duda, sólo frena
para tomar envión. Gira un cachito las ruedas hacia atrás, y después rápido
hacia adelante y arriba. Ya está, subió
a la vereda de enfrente. Ahora se da
vuelta, me mira con sus dos faroles, y se menea feliz.
Cierro los ojos y sueño que el camioncito sigue allí, bajo la cómoda.
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