"No sabe de qué color ser"
No sabe de qué color ser, está viva, la laguna es un animal [1] Hundida al fondo de promontorios y peñascos, olvidada de huellas y senderos, ella es. Se supone que colosos de hielo contemporáneos de lejanos milenios ahondaron el suelo justo aquí, milímetro a milímetro, siglo tras siglo para concavar el espacio que hoy le permite ser. Los que llegaron último la nombraron “la verde” por la obviedad de su apariencia un día equis. Seres anteriores le habrán asignado alguna palabra justa, capaz de distinguirla entre otras. Si ahora es “la verde” por el capricho nombrador de algunos, ¿qué habrá sido antes? ¿Palabras extrañas de lenguas desaparecidas la habrán nombrado por su reflejo plomizo en días de borrasca, o por su reverbero de nieve, ateridos de invierno? Quizás no la apariencia, sino la esencia de su carácter acuático definió su nombre. ¿Con qué palabras otros seres que ya fueron habrán d...